
EL CONDADO DE VALENCIA DE DON JUAN.
A su paso por el sur de la provincia de León, el río Esla riega la vega de la localidad llamada Valencia de Don Juan. Esta ciudad agrícola fue protagonista durante la Reconquista, albergando el Concilio de Coyanza en 1055, convocado por Fernando I y la reina Sancha para ordenar las costumbres católicas.
Su nombre ha ido cambiando a lo largo de los siglos: inicialmente conocida como Coyanza, que significa "el alto mayor", después se llamó Valencia de León o Valencia de Campos, donde Valencia significa "la vega grande" para terminar llamándose Valencia de Don Juan, haciendo referencia al infante don Juan de Portugal.
Castillo de Valencia de Don Juan y el río Esla.
En 1398 el rey Enrique III de Castilla concedió a Martín Vázquez de Acuña el título de conde de Valencia de Don Juan, título que ha pasado a las siguientes generaciones hasta hoy día.
En 1906 se publicó la lista de títulos del reino, apareciendo el condado de Valencia de Don Juan entre los cuatro más antiguos, los únicos que pertenecen al siglo XIV.
El Adelanto, 2 de abril de 1906.
La historia de este lugar es muy rica y por descubrir. Desde la lejanía se divisa su castillo, edificado por el III conde de Valencia de Don Juan, en el siglo XV.
Aunque el castillo de Valencia de Don Juan pertenece a la Fundación Instituto Valencia de Don Juan, en 1998 los herederos de Adela Crooke firmaron un convenio de cesión del castillo a su Ayuntamiento durante 75 años.
ADELA CROOKE.
Adelaida Crooke y Guzman (1863-1918) fue la XXIV condesa de Valencia de Don Juan. Pronto su nombre Adelaida, que significa "de noble apariencia", se convirtió en simplemente Adela.
Destacó como intelectual, pintora de dibujo y acuarela, fotógrafa y coleccionista. Educada en francés, también conocía el idioma inglés y vivió rodeada de la colección artística procedente de sus padres.
Su madre, Adelaida Guzmán, ostentaba el título de condesa de Valencia de Don Juan y contaba con la colección de obras de arte de generaciones anteriores que por tradición heredaba el primogénito. Su padre, Juan Crooke, fue arqueólogo, diplomático y anticuario, llegando a ser director de la Real Armería.
Como acuarelista, Adela fue discípula de Alfredo Perea y participó en 1882 en la Exposición del Círculo de Bellas Artes mostrando un bodegón con varias piezas de la colección familiar.
La Ilustración Española y Americana, 30 de marzo de 1882.
Acuarela de Adela Crooke.
Dibujo de Adela Crooke.
La Ilustración Española y Americana, 30 de junio de 1885.
La fotografía la practicó en sus viajes, destacando el realizado en 1897 en el yate Thistle junto a su amiga la duquesa de Alba, o el realizado junto a su marido en su luna de miel. En su hogar instaló un estudio para revelar los negativos.
Se casó con Guillermo de Osma en 1888 y construyeron su residencia en la calle Fortuny 43, en Madrid. Unos años antes del inicio de la Primera Guerra mundial Adela se trasladó a vivir a París, residiendo allí hasta su fallecimiento.
El Debate, 21 de enero de 1918.
GUILLERMO DE OSMA.
Guillermo Joaquín de Osma y Scull (1853-1922) fue un diplomático, senador, ministro de Hacienda, coleccionista de arte, estudioso de las piezas que atesoraba y académico de Bellas Artes de Toledo.
Guillermo de Osma y Scull.
Dominaba a la perfección los idiomas francés e inglés gracias a su formación en la Sorbona y en Oxford.
Una vez retirado de las embajadas y de la política, Osma se centró en los estudios de la cerámica española y azabaches del apóstol Santiago. Destaca como el mejor coleccionista de su época en loza dorada y en azulejería hispanoárabe.
Fue miembro de la Hispanic Society of America y de la Society of Antiquaries of London. Sus amplios conocimientos le permitieron participar en las subastas de arte europeas, logrando piezas de gran valor, así como ser el primer presidente del Patronato de la Alhambra. Incluso participó en la donación al Estado de la arqueta de Palencia por parte del cabildo catedralicio, conservaba hoy día en el Museo Arqueológico Nacional.
Azulejo Fortuny.
Instituto Valencia de Don Juan.
Al fallecer su esposa, reunía en su casa a sus amigos en las tertulias culturales domingueras. Este grupo se llamaba "amigos bibliófilos, anticuarios más o menos chiflados". En estas reuniones José María Florit les hacía caricaturas, entre las que hay una de Félix Boix montado en una locomotora con destino a Talavera para comprar una sopera. En sus visitas a Madrid, Archer Milton Huntington también pasaba a visitarle.
En 1920 Osma creó la beca que lleva su nombre en la Universidad de Oxford. La beca Osma, "Osma Studentship", continúa vigente y cada año pasan por el Instituto Valencia de Don Juan dos o tres estudiantes cada semestre para completar sus estudios como hispanistas.
EL PALACETE DE FORTUNY, 43.
Adela Crooke y Guillermo de Osma anunciaron su compromiso en la prensa madrileña, cumpliendo con el protocolo de su clase social y de aquella época.
El Correo, 5 de abril de 1888.
La pareja creó su hogar en un palacete neomudéjar encargado al arquitecto Enrique Fort en 1889 y finalizado en 1893, año en el que comenzaron a vivir allí.
Palacete de Fortuny, 43.
Al fallecimiento del padre de Adela Crooke en 1904 (su madre falleció tres años antes), la colección de objetos de arte heredada fue directamente al palacete de Fortuny, razón por la cual el matrimonio se propuso aumentar las instalaciones.
La época Madrid, 3 de mayo de 1904.
Fallecimiento del padre de Adela Crooke.
Mientras realizaban las obras de ampliación, en 1905 Adela Crooke decidió trasladar de manera temporal la colección heredada de sus padres al Museo Arqueológico Nacional, formada por 650 piezas. Se ocupó de todos los gastos, del comisariado, y permitió el acceso libre a los ciudadanos para visitar esta exposición que llegó a ocupar dos salas del museo, lo que da a entender el tamaño de esta colección.
Debido a este gesto, Alfonso XIII le mostró su agradecimiento en la Gaceta de Madrid.
La Gaceta de Madrid, 27 de mayo de 1905.
EL INSTITUTO VALENCIA DE DON JUAN.
Al no tener descendencia y con el fin de preservar su colección de arte suntuario, Adela Crooke y Guillermo de Osma crearon en 1916 el Instituto Valencia de Don Juan para "promocionar la investigación de la historia, el arte y la cultura de España".
El Debate, 10 de febrero de 1922.
Los estatutos del Instituto aseguran su futuro a través de los años, de tal manera que sus gestores deben dar cuenta anualmente al Chancellor of the University of Oxford (el Rector de dicha universidad), debiendo ser transferida a esta universidad la propiedad del palacete de Fortuny 43, sus colecciones y el castillo de Valencia de Don Juan, solo en el caso de incumplimiento de los fines establecidos.
De hecho, durante la guerra civil el edificio fue custodiado por la embajada británica, que colocó dos grandes banderas de la Union Jack y lo protegió de saqueos.
Jarrón de la Alhambra de Granada.
Instituto Valencia de Don Juan.
Desde su origen, forman parte del patronato la Universidad de Oxford, el duque de Alba y la Hispanic Society of America. En su primera composición, destacó la presencia de Archer Milton Huntington, quien contribuyó como mecenas. En la actualidad, la presidencia del patronato la ostenta el duque de Alba.
Entre las colecciones destaca el archivo, que cuenta con manuscritos y libros desde los Reyes Católicos hasta el siglo XIX, armas, monetario, azabaches compostelanos, dibujos, cuadros, escultura, marfiles islámicos, arquetas, tejidos y cerámica. Alrededor del 75% de la colección procede de la herencia de Adela Crooke, siendo el 25% restante adquisiciones que realizó el matrimonio, principalmente Guillermo de Osma.
En 1924, dos años después de fallecer Guillermo de Osma, Alfonso XIII visitó el Instituto Valencia de Don Juan. La crónica describe perfectamente las colecciones.
El Debate, 5 de marzo de 1924.
La visita del palacete de Fortuny no es pública. Aunque está reservada a investigadores, atienden de manera gratuita todas las peticiones que se solicitan con cierta antelación.
LA COLECCIÓN CERÁMICA.
El Instituto Valencia de Don Juan presume de contar con una de las colecciones de cerámica española más importante del mundo. Visitando sus salas se hace un recorrido desde la época andalusí hasta el siglo XVIII.
Las piezas más representativas son el azulejo Fortuny, que perteneció a Yúsuf III y llamado así porque su propietario anterior fue el pintor Fortuny, y uno de los pocos jarrones de la Alhambra completos que existen en el mundo.
Gracias a un reportaje fotográfico del Simurg podemos ver la gran sala con tapices flamencos y la inmejorable colección de cerámica hispano-árabe en el año 1925.
En la planta baja se encuentran dos salas destinadas a la cerámica de Talavera de la Reina.
Plato de principios del siglo XVII.
Talavera de la Reina.
En la visita, sus vitrinas muestran varios modelos realizados en los alfares talaveranos entre los siglos XVI y XVIII: orzas, platos, fruteros, jarros de pico, cuencos, jarrones, aguamanil, benditeras, bacía, jarras, escudillas, etc.
Vista parcial de una de las vitrinas con cerámica talaverana.
También hay un panel cerámico representando a la Virgen del Prado, de 374mm x 267mm, fechado en la parte inferior en 1758.
Virgen del Prado, de 1758.
Instituto Valencia de Don Juan.
Foto: La Virgen del Prado y la cerámica de Talavera de la Reina.