Francisco Andrés Henche. Medicina y cerámica talaverana

  La demanda de los servicios médicos del doctor Francisco Andrés Henche aumenta en Talavera de la Reina de tal manera que se traslada a vivir con su familia a esta ciudad en 1915. Su casa fue el palacete de la calle Sol nº 14, una hermosa casa cuyo interior fue decorado por el doctor Henche con varios motivos cerámicos en sus paredes, creados por el propio doctor. En esta casa vivieron con gran comodidad.    Pronto su consultorio de la calle Úbedas se queda pequeño y se plantea la creación de uno nuevo de mayores prestaciones. El diario madrileño La Libertad publica el 24 de septiembre de 1919 un editorial llamado "La Libertad" en Talavera, donde describe las mejores facetas de Talavera de la Reina, y entre ellas destaca al doctor Henche: También ha saludado el cronista al afamado doctor en Medicina D. Francisco Andrés y Henche, visitando su Consultorio de Medicina, Cirugía y Electroterapia de la calle del Sol, número 14 ... el culto y joven médico talaverano, cuyo

  El doctor Francisco Andrés Henche es consciente de la falta de medios de la medicina pública. Va adquiriendo fama y le reclaman en Talavera de la Reina, donde en 1912 abre consulta en la Calle de los Úbedas nº 3, los miércoles y días de mercado de 11 a 1, realizando un importante esfuerzo económico. Era la consulta del popular médico de Pueblanueva, a la que llamó “Consultorio de medicina, cirugía y especialidades de Talavera de la Reina”.  (Recorte publicitario en El Comercio, 1912)   En su publicidad decía que era especialista en las enfermedades de la matriz y de las vías urinarias, enfermedades del estómago e intestinos, garganta, nariz y oídos, enfermedades de los niños, enfermedades secretas, enfermedades del pecho y del corazón, del sistema nervioso, aplicación del 606 o Salvarsán, cirugía en general.    Editó una memoria del consultorio a los tres años de funcionamiento y destaca los instrumentos que posee para realizar operaciones quirúrgicas, anestesia

Alfonso XIII con la gente de un pueblo de Las Hurdes (Fundación Ortega-Marañón).    La situación sanitaria en la España de Alfonso XIII era penosa, sin organización ni infraestructuras y con un presupuesto destinado a Sanidad inferior al 0,25% del gasto público. Lo mismo ocurría con los suministros urbanos de agua y alcantarillado, que no existían; se oía la voz de “!agua va!”.    Los Ayuntamientos eran los responsables de la sanidad local y tenían sus Juntas Municipales de Sanidad donde redactaban los Reglamentos de Higiene. En 1925 se crean los Institutos Provinciales de Higiene como organismo de vigilancia de los ayuntamientos, pero se limitaron a realizar campañas de prevención.    Entre los años 1924-1926 la Fundación Rockefeller envía a Charles A. Bailey a realizar una auditoría de la sanidad pública española, y concluye que tiene un carácter primitivo y que es un desastre. Bailey pasó por Talavera, centrando su estudio en la lucha antipalúdica, indicando que en la pr