El Palacio de Hielo de Madrid y la cerámica talaverana

    

Acción de la Sociedad Anónima del Palacio de Hielo y del Automóvil de Madrid. 


El renacimiento de la cerámica artística de Talavera de la Reina requería encontrar una clientela específica que valorara y adquiriera sus productos. Los alfares pronto se dieron cuenta de que su éxito dependía de atraer una clientela fiel, dispuesta a pagar precios desorbitados para la clase baja y media. Su objetivo era la aristocracia, cuyo centro de vida social orbitaba sobre los eventos a los que asistía la Corona, en Madrid.

 

Este enfoque, el de destinar la cerámica talaverana a las élites, me lo comentó mi padre en relación con la cerámica de la Casa Henche. Es una idea que también aparece en los escritos sobre Ruiz de Luna, aunque quien lo dejó escrito fue Emilio Niveiro Díaz, refiriéndose a las piezas de Enrique Guijo elaboradas en el alfar de El Carmen: "Y se venden bien. Muy bien. Claro que entre una pequeña y selecta clientela, ..., un plato con guerrero, 50 pesetas; un plato con ninfas, 75 pesetas. Y en 1906 esas cifras producían asombro... aquello era imposible, una moda para media docena de caprichosos y nada más". Esta última reflexión fue la que llevó a Emilio Niveiro Gil de Rozas a rechazar el proyecto de Enrique Guijo y Platón Páramo.

 

En este artículo, repasaremos la prensa histórica para analizar las exposiciones de Ruiz de Luna y de Henche-Montemayor en el Palacio de Hielo de Madrid.




EL PALACIO DE HIELO DE MADRID.


El empresario belga Marquet construyó este imponente edificio en la calle del duque de Medinacelli, muy cerca de otras de sus propiedades, como los prestigiosos hoteles Palace y Ritz. Inaugurado el 30 de octubre de 1922 por el rey Alfonso XIII, pronto se convirtió en un lugar frecuentado por la reina Victoria, quien asistía a los espectáculos en la gran pista de hielo e, incluso, patinaba en ella. Los monarcas también se dejaban ver en las distintas exposiciones celebradas en el Gran Salón, como la Feria del Automóvil, el Salón de la Moda, entre otros muchos eventos.




 

La presencia de la familia real atrajo rápidamente a la aristocracia, que se reunía en los elegantes salones de baile y restaurantes del edificio. Allí celebraban el año nuevo, carnavales, banquetes de boda y homenajes a figuras distinguidas.



Un ejemplo del elevado nivel adquisitivo de la aristocracia de la época es el incidente ocurrido en el baile de inauguración, donde a la duquesa de Algete le robaron su bolso de oro y piedras preciosas, valorado en 25.000 pesetas, una cifra impresionante en aquel entonces.


A pesar de su esplendor inicial, en 1926, apenas cuatro años después de su inauguración, el recinto tuvo que cerrar. Las entradas para los espectáculos y exposiciones no cubrían los elevados costes de las instalaciones. La visión de Marquet era incluir ruletas y juegos de azar, algo que estaba prohibido en la época, y a pesar de sus esfuerzos y su cercanía con la aristocracia, no logró obtener una excepción de la clase política.


LA EXPOSICIÓN DE RUIZ DE LUNA.

En febrero de 1923, Juan Ruiz de Luna tuvo la oportunidad de exhibir sus productos en la Exposición de Muestras celebrada en el Palacio de Hielo. La crónica de su participación y una descripción detallada de su stand fueron publicadas en la Revista de Bellas Artes de Madrid en abril de ese mismo año.

 

Bajo el título “La cerámica española”, la revista destacaba un busto de Ruiz de Luna modelado en barro por Vicente Camps. Tras elogiar el trabajo de Ruiz de Luna por revitalizar la cerámica artística talaverana, la publicación se detenía en la descripción del stand, resaltando su calidad.



LA EXPOSICIÓN DE HENCHE-MONTEMAYOR.

El turno de Francisco Andrés Henche y Julián Montemayor Carreño llegó en febrero de 1925, durante la Exposición General de la Construcción celebrada en el Palacio de Hielo.

La crónica de este evento fue publicada por El Eco Patronal del 15 de mayo de 1925, donde se destacaba un hecho notable: la reina había adquirido un abanico de la Casa Henche, resaltando así sus productos sobre el resto de aristócratas, que resultaron todos vendidos.


El periodista, no especializado en arte, relata que le hubiera gustado describir la historia de la cerámica talaverana, famosa en siglos anteriores, tal como lo hubiera hecho Francisco Alcántara, el crítico de arte y director de la Escuela de Cerámica de Madrid.


No cabe duda de que las exposiciones de Ruiz de Luna y de Henche-Montemayor en el Palacio de Hielo de Madrid desempeñaron un papel crucial al dar a conocer a los aristócratas la nueva cerámica del revival talaverano. Estas muestras fueron fundamentales para su reconocimiento y éxito en el mercado.




Mis fuentes:
- Charlas con mi padre y su hermana Victorina.
- Biblioteca Nacional de España.
- Biblioteca Virtual de la Prensa Histórica.



© Septimio Andrés Domínguez.


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Los relatos de los hijos del doctor Henche muestran la fascinante conexión entre la cerámica de Talavera de la Reina y la medicina durante el primer tercio del siglo XX.





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